“TRIPTICO DE UN ANONIMO”
“Amo a los que sueñan con imposibles”
J.W.Von Goethe
Desde el origen
Una brisa imperceptible
Dulce
Remota
Sutil
Melancólica
Le vuelve a las yemas de los dedos
La certidumbre de la sangre a las caricias
El pródigo calor a las entrañas
El sudor a su antigua armadura de alegría
La límpida sustancia
Escala el hondo anhelo y se erecta entre difuntos
Gime
Bosteza
Ensaya un adiós contra la indiferencia y los sepulcros
Camina un paso
Otro más
Rompe el cepo mortal que le impuso la tragedia
Y otro paso más
Surca el inverosímil muro de piedra
Y emprende el arduo viaje de tornar
La íntima patria lo puebla
Ya no le pesan las heridas
Las sospechas ni las hieles
Ahora
Las heridas
Las sospechas y las hieles
Como banderas seniles
Descansan calmas entre las estrías de la noche
El anónimo vibra
Vibra el pulso
El aliento vibra y espanta la gangrena
Que produjo el éxodo
El coraje invoca nobles espadas
Y otro paso más
El anónimo ríe
Ríe como un pájaro que ríe
O sueña que ríe
La euforia lúcida de antiguos signos se vislumbra
El orín más claro
El mentón más alto
El amor
La victoria
Festeja la victoria y funda nuevas superficies
Digna la huella de su sombra
Un beso obsceno
Perfecto
Bajo un ángulo de luz vuela
Despliega su locura e inaugura el festín
Más allá de los macizos edificios
Pero el anónimo no sabe que interpreta
El simulacro de su vida
Que camina
Que sueña imposibles
Que ríe como un pájaro que ríe.
Desde el origen
Le surgen sombras luminosas
Sensuales e indiscretas crepitan
En el festejo íntimo del soldado
La luz exacta
Exquisita y vanidosa
Se proyecta desde el ayer
Para el goce momentáneo
El hombre sonríe la dulce filigrana
Invoca la ficticia e inocente batalla de juguetes
y se entrega incondicional a su estratagema
El ensueño
Experimenta la noble vigilia de su infancia
Los pasos en la tierra blanda
Las diminutas manos en otras manos
La lengua en otros gustos
Experimenta el río
Las luces de verano
La ternura
Su mueca no devela el dolor mortal ni la fatiga
Sabe bien que en el aire ya no quedan pájaros
Sabe que detrás de su entelequia
Entre espantos y esquirlas
Lo espera el ocaso inevitable
Pero por un rato
El soldado es mil hombres a la vez
El hijo
El padre
El amante
El bufón
El rey
La última jornada lo envuelve
Como el polvo oscuro y el rencor
Al fin el soldado y el hombre se desvanecen
El primero
Anónimo y solo
El segundo
Heroico y sin insignias.
Desde el origen
Como en memorias implacables
Sobre los perfiles de su tumba
Se proyectan los paraísos perdidos
Un eco de voz
Un sol traslúcido y caliente
Las formas múltiples de la delicia
Un jazmín
Los nocturnos de Chopin
Al muerto le duele la nostalgia
Quiere llorar o reír
Pero no puede
No tiene lágrimas ni piel
Hay una mujer que lo besa
Hace ciento cincuenta años de esos besos
De esa humedad
Hace ciento cincuenta años que sueña
Con esa pródiga textura amorosa
Sueña que acaricia la tierra
Como si fueran las mejillas de su amante
Sueña con la benigna ceniza
Con la libertad y el perdón.